La esperanza de la ardilla

 

 Por fin había conseguido la codiciada bellota. Bajaba del árbol pensando en el festín que le esperaba, mientras caminaba hacia su escondite en aquella ciudad. Una ciudad llena de gente que sólo se fijaban en los reflejos de los escaparates para verse a ellos mismos, en esas fechas plagadas de ofertas.

Dejaba atrás la avenida para meterse en la calle principal. Tomaba aire para prepararse para cruzarla...Para la ardilla era una travesía; una aventura donde aquellos escasos metros marcaban la diferencia entre comer o no comer la preciada bellota.

Comenzó a correr, algún viandante pegaba un pequeño grito ; “¡Sólo es una ardilla, señor…!”, un carrito, un pantín, “zig-zag”…¡¡¡Ya queda menos!!!

Algo inesperado, un tropiezo…¡Y allá va la bellota! . Mira fijamente el rodar de la bellota... cuando la para un pie. Entonces se agazapa detrás de una boca de incendio, a esperar.

Observa como el hombre del pie coge la bellota, se acerca a su hija y le explica cómo una simple bellota puede dar más juego del que se imagina. Soltarla al aire, aplaudir con las manos, "¿Quién cuenta más?", la hacemos rodar como una peonza…Intentamos que se abra la mente, y, cuando el mundo se queda sin batería, la naturaleza nos ayuda a pasar el rato.

La ardilla mira atenta; parece una escena de navidad en pleno verano. Sigue el calor y parece que el padre y su hija recogen la mochila y se disponen a marchar. Allí queda entonces la bellota, cual juego popular, esperando otra mente abierta.

La ardilla sale de la boca de incendio, corre las yardas necesarias para alcanzar su bellota, la agarra con fuerza y se va por un camino seguro donde se la ve correr de lejos, ya casi diminuta, en su camino al almuerzo…

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Qué buena moraleja! La paciencia de la ardilla y la mente abierta del padre.
" Cuando el mundo se queda sin batería..."

Entradas populares