Verano de 18 (pero con 40)

 

Suena Metallica de fondo, recupero mi contraseña, y me pongo a escribir. Lo había dejado, también la cocina. Seguramente porque no tenía nada que decir, o porque enmudecí de repente. y cuando no hay nada que decir es mejor estar callado. También porque nos invadió el watsapp y porque el corrector del móvil nos hace recordar que amor se escribe sin H. Había comenzado mi blog en un momento en el que mandaba mails y nadie me contestaba, por eso que, escribir para que no contesten, me hago un blog,. Después de tantos años creo que me pasa lo mismo (emoticono de macaco amarillo llorando de risa). Tras aparcar la máquina que hace frió y la de hacer calor, recogí, la que pinta en papel, y volví a usar ropa normal para trabajar, aunque sin mi chaquetilla me siento desnudo. Enseño a niñas y niños a hacer lo que yo hace dos años, servir y proteger, es decir atender a clientes y dar de beber y de comer a gente, servirlos bien para protegerlos del tiempo muerto entre vida y obra y muerte.  

 Verano del 2018, infinito.